Ultimo día en Lisboa y último post de nuestra escapada de chicas. Visitamos el barrio de Belem.
El sábado por la noche queríamos salir a tomar algo, pero llovía como si no hubiera un mañana y con lo cansadas que estábamos y con esa lluvia, cenamos al lado del apartamento, un arrocito con marisco y nos retiramos.
La zona de copas está en el Barrio Alto de la ciudad, para que lo sepáis.
El domingo nos faltaba visitar el Barrio de Belem y allí nos fuimos. Está un poco, bastante alejado del centro y cogimos un uber. Fuimos de maravilla, cogerlo en el centro es muy sencillo y allí no hay problema, de hecho también fuimos de vuelta al aeropuerto en uber y también genial y muy económico.
Visitamos lo más importante, la Torre de Belem, el Monumento a los Descubrimientos y vimos de lejos el Monasterio de los Jerónimos. No entramos, porque el día estaba tan malo que nos fuimos a comprar unos pastelitos de nata, algo que hay que hacer también y comprarlos en la tienda que hay en el Barrio de Belem, que es la auténtica. Están muy buenos, pero cuando los veáis no os sorprendáis y no digo más......
Esta es la Torre de Belem, que a mi me parece preciosa, tampoco entramos porque había mucha cola y además con el día que hacía no nos apetecía mucho.
A mi me encanta, es una antigua construcción militar y es patrimonio de la humanidad de la UNESCO.
Este es el Monumento a Los Descubrimientos, se puede subir arriba, que hay un mirador, pero nosotras no lo hicimos.
A mi es un monumento que me encanta, la verdad, hay una plaza enorme detrás con los puntos cardinales y la zona queda muy bonita, es una esplanada enorme que a mi me gusta mucho.
Y para finalizar el Monasterio de los Jerónimos.
Tiene unos jardines preciosos y por fuera es impresionante. Por dentro creo que también lo es, pero no teníamos tiempo ni ganas de esperar la cola que había para entrar, así que nos fuimos a comprar los pastelitos de nata, cogimos un tranvía para volver, porque no habíamos montado en tranvía, comimos donde pillamos, con lo que llovía no estábamos para elegir y nos fuimos al aeropuerto porque no se podía andar de cómo llovía.
La experiencia me encantó y me gustaría volver con un poco más de tiempo, porque en un fin de semana y con tan mal tiempo, no pudimos disfrutar como nos hubiera gustado. Pero es una ciudad que merece mucho la pena.
Aquí se acaba mi escapada a Lisboa, espero haberos dejado con ganas de visitar la ciudad, porque lo merece de verdad y el jueves volvemos con un nuevo post de moda.
Disfrutar de lo que queda, porque esto se acaba.
Abrazos mil.
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